Malvenida!

Teoría del enjambre, una extensión más en busca de la individualidad


miércoles, 4 de julio de 2007

Agonía

...Caminé por un panteón a las tres de la mañana. Dormí con una madre muerta, un hijo sin nacer y me embriagué con los gusanos que se paseaban en mis muslos. Inhalé el polvo de los huesos osteoporizados... fumé un poco de pasto retorcido. Leía, "una gran esposa y mejor madre", "mujer fiel", "siempre en nuestros corazones", "la mejor amiga"... patrañas.
Las ramas de los árboles se desenrollaban para estirar sus deprimidos cuerpos. Condenados a sombrear tumbas ilegibles. Sus ojos se asomaban por los agujeros resecos, aullaban y desprendían las raíces de los cuerpos filtrados. Una nube enrollada bajó para avisarme que la luna me esperaba. Luna roja... cuando llegué era azul. Azul de realeza. Ahora roja de humana, de pecadora, de una cualquiera infame que se entrega al primer poema declamado, al primer verso de palabras bonitas. La rabia me escurría entre los dientes, me mojaba el cuerpo filtrándose por los poros. La linfa de los árboles los rebajaba a gusanos, gusanos pútridos, fétidos y cobardes, esquivando la vida... holgazanes empotrados en la tierra. ¡Qué ya voy! No me apresures. Míralos, están cazando la muerte, los otros polvo fueron y polvo siempre serán, no logran ni hacerse piedra, parecen garrapatas sujetándose de las raíces de árboles suicidas. ¿Cómo que no puedes llevarme?¡¿Qué rayos?! No. No me dejaré con la suerte enterrada en cascajo, ni con el calcio a punto de marfil. No pretendas que me abandone. No es justo echar la carne a una jauría hambrienta de muerte. Mientras yo esté conmigo no me pasará nada ¡Suéltame! Busca un alma perdida, yo sé dónde está la mía, la guardé bien en una botella de absentha y dejé la réplica en el botiquín. ¡Déjame! ¡No! ¡Basta! Tus nebulosas garras huelen a... ¿mi abuela? ¿mi perro? Luna, qué hipócrita eres. Falsa. Mentirosa. Te disfrazas de virgen... blanca y dulce, tus besos me dan paz, tus abrazos... tu luz, me envuelves en tu mensajera, mi luna bella, mi luna de paz, de luz... de silencio...

1 comentario:

Jose Toral dijo...

Yo estoy de acuerdo con esa idea que plantea el mediocre poeta pero granmetlero Txus en el cantar de la luna oscura. Imaginala, nadie la ve y ahí está, sólo porque el ojete del sol la condiciona a rendirle tributo

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